“Roca, la historia argentina en primera persona”, por MARÍA SAÉNZ QUESADA
La hiperinflación castigaba en 1989, pero Soy Roca, de Félix Luna, vendía 100 mil ejemplares. Las claves: una gran investigación y el talento autoral, dice aquí María Sáenz Quesada.
Clarín – Félix Luna, al escribir Soy Roca, dio rienda suelta a su doble vocación de historiador y de literato como en ninguno de sus libros anteriores. En consecuencia, esta biografía del presidente que encabezó la modernización definitiva del país, publicada en 1989, fue valorada y aplaudida no solo por el público fiel a su obra, sino también por lectores hasta entonces indiferentes a los grandes temas de historia argentina.
No eran tiempos fáciles los del tórrido verano del 89 en que redactó el texto, ni los meses siguientes, en los que se derrumbó el gobierno de Alfonsín, del que Luna formaba parte como secretario de Cultura de la entonces Municipalidad de Buenos Aires. Pero, ¿cuándo fueron fáciles los tiempos de nuestra historia y de la historia de los otros?
[…] Soy Roca, publicado en octubre de 1989, agotó en poco tiempo la primera tirada de 10.000 ejemplares, a pesar de que en el país había estallado la hiperinflación, mientras se ensayaban recetas para normalizar la economía y modificar el rumbo político. En el nuevo libro, el reconocido escritor ampliaba su forma de entender el pasado, sin el corsé de una ideología partidaria, presente en su obra de juventud, las biografías de Hipólito Yrigoyen y de Marcelo de Alvear.
Ahora concretaba una reflexión global sobre el nacimiento de la Argentina moderna, sin héroes ni villanos, con dirigentes que sumieron compromisos enormes, lograron soluciones y dejaron cuentas pendientes; gobernaron, con culpas, sí, pero su legado resultó sólido y perdurable.
Esto representa en el caso de las dos presidencias de Julio Argentino Roca, la consolidación del territorio mediante la incorporación de la Patagonia, el Tratado con Chile y los Pactos de Mayo; la ley 1420 de educación gratuita, laica y obligatoria; el aumento de la inmigración, venida sin requisitos de raza o condición social; el crecimiento de las exportaciones y de la renta nacional; la infraestructura en puertos, ferrocarriles y edificios públicos, principalmente escuelas; la relación con el mundo; y también la cara oscura de la historia, el despojo de los vencidos, indios o criollos, los inamovibles “feudos “provinciales”, el reparto arbitrario de la tierra, los comicios amañados y el menosprecio por la opinión pública…
Entrevista a Felix Luna en el año 2008.
historiadora y profesora de la Diplomatura en Cultura Argentina
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