“Reynaldo Bignone, Raúl Alfonsín y la restauración de la República en 1983: una gesta nacional”, por EDUARDO LAZZARI


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Las efemérides son una gran ayuda para el historiador y el aficionado al pasado. El almanaque en el que encontramos los grandes eventos de antaño y las fechas importantes en la vida de los próceres organiza el relato que construye una épica e identidad de los pueblos.

TN – Cuando las efemérides se cuentan por siglos, décadas o lustros es cuando más se pone atención en ellas. Por eso, en estos días en que entramos en el aniversario de la restauración institucional del país, rescataremos hechos de aquel tiempo ya lejano que permitió al país entrar en un largo período de estabilidad política, sólo comparable al acontecido entre 1862 y 1930, siempre con la prudencia de recordar que es imprescindible respetar el contexto para no caer en anacronismos e injusticias.

Luego de la derrota argentina en la guerra se suponía un rápido repliegue del gobierno militar que finalmente no se produjo. A fines de junio de 1982, queda el Ejército a cargo del Estado: la Armada y la Fuerza Aérea abandonan el poder y se disuelve la Junta Militar. Llega a la presidencia el general Reynaldo Bignone, un militar con cierta habilidad que logra llegar a la entrega del poder en control de la situación. Se da un caso poco común en la historia universal que es el de un gobierno autoritario derrotado en una guerra exterior que sobrevive año y medio.

La política económica que llevaron adelante los ministros José Dagnino Pastore y Jorge Wehbe tuvo por objetivo evitar el estallido de crisis sociales, por lo que no se llevó adelante ningún plan de estabilización, llegando la inflación a 343% en 1983, el triple de 1981. Para el fin del gobierno de Bignone, la deuda pública alcanzó los U$S 45.000 millones, cerca del 40% del PBI. Como curiosidad, en junio de 1983, comenzó a circular el peso argentino, reemplazando al peso ley 18.188 con la quita de cuatro ceros.

Tres hechos fundamentales tuvieron lugar en los convulsionados meses de 1983:

  • El 12 de julio se convocó a elecciones nacionales. Los comicios tendrían lugar el 30 de octubre para elegir presidente y vice, gobernadores, diputados, legisladores provinciales, intendentes y concejales en todo el país simultáneamente. Vale recordar que salvo en la Capital Federal los senadores eran elegidos por las legislaturas de cada provincia. La entrega del poder se estipuló para el 30 de enero de 1984.
  • El 22 de septiembre el gobierno militar promulga la ley de “pacificación nacional”, conocida vulgarmente como autoamnistía, cuyo artículo 1° decía: “Decláranse extinguidas las acciones penales emergentes de los delitos cometidos con motivación o finalidad terrorista o subversiva, desde el 25 de mayo de 1973 hasta el 17 de junio de 1982″. Es importante destacar que el enunciado ya constituía una confesión de parte.
  • Al reponerse la Junta Militar con la participación del general Cristino Nicolaides, el almirante Rubén Franco y el brigadier Augusto Hughes, se decide la creación de un comité de investigación sobre la guerra de Malvinas a cargo del teniente general Benjamín Rattenbach desde enero de 1983, y que emitió un dictamen conocido como Informe Rattenbach, lapidario con las responsabilidades de los mandos militares…

 

Raúl Alfonsín recibe los atributos del mando de manos del dictador Reynaldo Bignone

 

EDUARDO LAZZARI,

historiador y profesor de la Diplomatura en Cultura Argentina

 

 

 

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