“Murió María Kodama. Los secretos de una vida junto a Borges”, por PABLO GIANERA
Compartimos el artículo publicado el 26 de marzo de 2023 -día en que falleció la escritora y viuda de Jorge Luis Borges- en La Nación, con una entrevista hecha en 2019 en la que María Kodama evocaba una relación única y la intimidad junto al escritor.
La Nación – La nena tenía 5 años y quería subir a un pino. El padre le presentó las distintas posibilidades. Si subía, podía caerse y terminar muerta, lo que no sería un problema para ella, sino para los padres, que no saldrían nunca del dolor. La segunda posibilidad era que cayera y terminara disminuida física o intelectualmente. La tercera y así… La nena tenía que decidir y decidió subir. Se despertó en el hospital. El padre le había llevado sus muñecos de peluche. No hubo reproches. Y la nena, y después mujer, no subió nunca más a un árbol.
María Kodama recuerda la anécdota con su padre japonés como una lección de carácter. Sin él, tal vez no habría podido defender la obra de Jorge Luis Borges como lo ha hecho. Por un lado, puso en circulación libros inhallables (pensemos solamente en los ensayos Inquisiciones, El idioma de los argentinos y El tamaño de mi esperanza); por el otro, clausuró malversaciones y adulteraciones de avivados que quisieron hacer su carrerita con el atajo del apellido “Borges”. Kodama se ganó así un respeto por derecho propio y es saludada por desconocidos como si fuera la representante de Borges en la Tierra.
Hace calor en Buenos Aires, como siempre. Y de Borges, que optaba por el frío, María recuerda un viaje a Canadá. “Hacía un frío espantoso. Yo había comprado orejeras y gorros de piel. Borges me dice: «Vamos a caminar». Entonces yo digo: «Traigo las orejeras. Me pongo las orejeras y el gorro de piel». «¿Está lista?», me pregunta él. «¿Salimos?». Habrá caminado cinco pasos y me dice con desesperación: «Creo que se me van a caer las orejas«. «Cree no –le contesto–. Se le van a caer, pero si quiere seguimos». Contestó: «No, no. Mejor volvamos y me pongo las orejeras»”.
El día anterior a la entrevista se incendió Notre-Dame. “Es un símbolo mágico más religioso, es como si uno sintiera la eternidad ante esos edificios”, dice Kodama, que, en una continuidad previsible, evoca la “hermana menor” de la Catedral, la Sainte-Chapelle. “Es una maravilla. Es un lugar precioso. Con Borges nos quedamos como dos horas”…
periodista, crítico de arte y profesor de la Diplomatura en Cultura Argentina
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