“LA CONSTRUCCIÓN DEL PALACIO LEGISLATIVO Y DE LA PLAZA DEL CONGRESO NACIONAL”, POR RODRIGO SALINAS
Por Lic. Rodrigo Salinas
Alumno de la Diplomatura en Cultura Argentina e historiador de la UBA
Investigador de la Ciudad de Buenos Aires, la Avenida de Mayo y los festejos del Centenario
LA CONSTRUCCIÓN DEL PALACIO LEGISLATIVO
Y DE LA PLAZA DEL CONGRESO NACIONAL
Vista general de la plaza del Congreso Nacional hacia 1910.
Fotografía tomada desde el edificio de “La Inmobiliaria”,
en la esquina de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña.
El 21 de octubre de 1887, el gobierno nacional a cargo del presidente Miguel Juárez Celman- concuñado del General Julio Argentino Roca- llamó a concurso internacional a través de la sanción de la Ley Nº 2204 para la confección de los planos y de los presupuestos para la construcción del nuevo palacio del Congreso que se ubicaría en el extremo oeste de la Avenida de Mayo, en un predio que en ese momento pertenecía legalmente a David Spinetto, un comerciante nacido en la ciudad italiana de Génova que había llegado a la Argentina en 1858.
De esa manera, la nueva arteria porteña uniría simbólicamente la sede del Poder Ejecutivo con la sede del Poder Legislativo de la República Argentina, sustituyendo al edificio del antiguo Congreso ubicado en la intersección de las calles Hipólito Yrigoyen y Balcarce, obra del arquitecto, ingeniero y escultor Jonás Larguía y demolido parcialmente en 1942, donde actualmente se encuentra la sede central de la Administración Federal de ingresos Públicos (AFIP).
Construcción en mampostería, vista hacia 1905.
A lo largo del año 1895 se presentaron 29 trabajos de distintos países para la ejecución del plan de obras, dentro de los cuales los más relevantes pertenecían al arquitecto vienés Turner y la del belga Alejandro Christophersen, ideólogo del famoso “Café Tortoni”. El jurado estaba compuesto por prominentes hombres de la política argentina, como Carlos Pellegrini (quien se haría cargo del Poder Ejecutivo nacional entre 1890 y 1892), el ex Intendente de Buenos Aires, Francisco Alcobendas (1896-1898), el Senador Rafael Igarzábal y el Diputado Rosauro Doncel, actuando este ultimo como asesor del arquitecto suizo Jacques Dunant.
El objetivo del gobierno con este ambicioso proyecto era “asumir la imagen arquitectónica del mas representativo de los poderes que integran un sistema democrático. Por otro lado, este tipo de edificio aspiraba a ser, en el momento de su concepción y su construcción, el monumento arquitectónico consagratorio de la cultura arquitectónica de un país. En muchos casos, además, se transformaría en símbolo de unidad política, exaltación patriótica y participación cívica y se convertiría en emblema de una ciudad capital, e inclusive de un país (…)
Vista general del complejo de la plaza del Congreso Nacional con sus ajardinados canteros.
Fotografía tomada en 1910 desde el Palacio Legislativo.
El proyector ganador del concurso correspondió al arquitecto italiano Vittorio Meano (1860-1904), un piamontés que había llegado a nuestro país convocado por su compatriota Francisco Tamburini y que, desde la muerte de éste en 1890, se había hecho cargo de la construcción del nuevo Teatro Colón. Una vez adjudicado el proyecto, el contrato para la dirección de la obra fue firmado el 31 de julio de 1896. El 10 de octubre de ese mimo año se abrieron los sobres de las doce propuestas presentadas a licitación, que finalmente fue ganada por la empresa de Pablo y Soave Besana. La firma del contrato se llevó a cabo en 1897 y el monto total de la obra fue de 5.776.545 pesos moneda nacional.
La construcción del palacio del Congreso Nacional comenzó a principios de 1898 en la manzana comprendida por las calles Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen), Entre Ríos, Rivadavia y Combate de los Pozos […].
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