Los Reartes
Los Reartes, Valle de Calamuchita, Córdoba.
Entre el pintoresco paisaje serrano, grandes arboledas y ríos de aguas cristalinas, una de las capillitas más antiguas del valle permite sumar espiritualidad al goce de la naturaleza; tiene una construcción de adobe y algunos de los muebles que aún conserva han sido tallados por los aborígenes del lugar.
Primitivamente estas tierras estuvieron habitadas por los comechingones y los sanavirones y, a partir de la ocupación española se organizó en estancias. Una de ellas, a fines del siglo XVII se llamó San Lorenzo del Sauce; años más tarde el Capitán Juan de Reartes y Tejeda adquiere una parte y crea una nueva estancia a la que llama Nuestra Señora de Copacabana. Su familia la conservó hasta mediados del siglo XIX y el río que la atraviesa, bordeado de balnearios y paradores, aún recuerda su nombre.
Con el tiempo, Los Reartes se convirtió en un camino de paso entre Córdoba y Río Cuarto, y fue así como incrementó su población, sus visitantes y su infraestructura habitacional y turística.
El pueblo, que celebra sus fiestas patronales cada 25 de mayo en la Capilla de la Inmaculada Concepción, también es rico en fiestas populares. En enero se realizan las veladas criollas, en mayo el safari fotográfico y, en noviembre, el Encuentro de los Pintores. Y no podemos dejar de mencionar a “SaboReartes”, un acontecimiento gastronómico en el que año tras año los vecinos, instalados en la calle principal, preparan sus platos típicos. Esa misma calle formaba parte del “Camino de las Tropas”, ya que precisamente está ubicado sobre lo que fue el “Camino Real”, que unía el virreinato del Río de la Plata con el Alto Perú.
A lo largo de la avenida San Martín se alzan las viejas casonas que fueron parte de la primitiva estancia y que se han resignificado en restaurantes o paradores.
Casas coloniales, con sus característicos techos de tejas, morteros aborígenes tallados en piedra de 1500, la pulpería “Don Segundo Sombra” y el Corral de Piedras por un lado, y por otro, las salidas a caballo y la calidez de su gente, todo esto ha fortalecido en el pueblo una profunda y arraigada tradición criolla, por la cual fue declarado en 2006, “Pueblo Patrio”.
L.M.