“UNA NUEVA ALDEA RECOSTADA SOBRE ACANTILADOS SEDUCE A LOS AMANTES DEL MAR”, POR LEANDRO VESCO


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“UNA NUEVA ALDEA RECOSTADA SOBRE ACANTILADOS SEDUCE A LOS AMANTES DEL MAR”, POR LEANDRO VESCO Compartí

La Nación – “Es un lugar de aislamiento donde encontrar la paz”, afirma Daniel Oks, desarrollador y creador de una utopía única en el país: una aldea marítima recostada sobre acantilados de casi cien metros de altura en la costa rionegrina, frente al Golfo San Matías. “La visión del mar es completa y total”, sentencia. A 1050 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires y a 120 de Viedma, la soledad es fuerte y el contacto con la naturaleza, íntimo.

La Aldea de Mar Faro Belén es un “pedazo de inmensidad” dentro de un predio de 1500 hectáreas, con un frente costero de diez kilómetros. Las 15 casas, diseñadas por reconocidos arquitectos, desafían los vientos y la salvaje estepa patagónica. No hay televisión, ni internet ni señal telefónica. “La desconexión con el mundo es absoluta. Planteamos un concepto muy humano de urbanización donde la naturaleza y el mar son protagonistas”, afirma Oks. Los terrenos tienen un costo de entre 3 y 7 millones de pesos.

Está enclavada en terrenos aledaños a los del Faro Belén, que aún está en pie y es el símbolo de este proyecto. Hoy está fuera de servicio, pero con su estructura metálica intacta. “La gente que viene a vivir es un misterio”, dice Oks. Llegaron arquitectos, filósofos y hasta un jefe de enfermería que necesitó compensar las tragedias de su trabajo con la contemplación del mar. La idea es el respeto absoluto del medio ambiente y la intervención mínima del lugar. El terreno incluye la segunda colonia más numerosa de lobos marinos del Golfo San Matías.

[…] No hay agua en la aldea. La que se consigue en las napas es muy salabre. En la estepa, al pie del acantilado, hay un galpón donde funciona un sistema de bombeo con tanques que almacenan 35.000 litros. Es traída por camiones desde El Cóndor, a 30 kilómetros de Viedma. Con un sistema de cañerías, llegan a las casas. Es agua dulce, no potable. Se usa para la cocina y el baño. Para consumo personal, cada propietario trae en bidones desde Viedma o Bahía Creek, el pueblo más cercano, a 15 kilómetros por la costa. Cada casa también almacena agua de lluvia, en tanques de 3000 a 5000 litros. La electricidad se produce por energía solar. El uso del agua y de la energía son cuidados…

 

 

LEANDRO VESCO,

escritor, periodista de cultura y turismo y profesor de la Diplomatura en Cultura Argentina

 

 

 

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