“Santa Cándida, el majestuoso palacio de 1847 que atesora su capítulo en la historia argentina y aún conserva su esplendor”, por LEANDRO VESCO


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“Santa Cándida, el majestuoso palacio de 1847 que atesora su capítulo en la historia argentina y aún conserva su esplendor”, por LEANDRO VESCO Compartí

Justo José de Urquiza lo mandó a construir en 1847, y allí se administró el mayor saladero de América del Sur. Días atrás abrió las puertas a los vecinos de Concepción del Uruguay.

La Nación Majestuoso y detenido en el tiempo, el Palacio Santa Cándida se levanta entre una arboleda de tipas a orillas del arroyo La China, en Concepción del Uruguay (Entre Ríos). Fue la administración del mayor saladero de América del Sur y morada de Justo José de Urquiza, quien lo mandó a construir en 1847 con un diseño que incluye mucha simbología y con un sentido estratégico: desde su mirador se podía ver todo el movimiento del puerto y también su aduana, que Urquiza mandó a construir para no pagarle impuestos a Rosas.

[…] El nombre lo puso Urquiza en honor a su madre, Cándida García González. […] Urquiza trajo personalmente los muebles de Europa. Lo único nacional son los ladrillos con los que se hizo el palacio, hechos en hornos propios. La primera de sus tres plantas fue destinada a las oficinas del saladero, la segunda están las nueve habitaciones en suite que usaba Urquiza cuando no podía llegar a su residencia oficial, el Palacio San José, a 35 kilómetros de distancia, y en la tercera se encuentra lo más importante: el mirador. Está en línea recta con la que era la Comandancia del Puerto, la Aduana.

La última vez que Urquiza se hospedó fue en 1870, poco antes de su asesinato (el 11 de abril del mismo año). El lujo del palacio es fastuoso, a 175 años de su inauguración el tiempo parece haberse detenido. El mármol, el hierro, las maderas, y las obras de arte que la prestigian se conservan en un estado impecable, cercano al encantamiento. Enmarcado en un parque de 44 hectáreas diseñado por el paisajista Emil Bruder, tiene muelle propio. A las nueve habitaciones en suite, se le suman dos departamentos, galerías y espacios comunes, como living, sala de estar, comedor, y bar.

El mármol que se usó fue de Carrara. Los dos espejos que se presentan en el hall de entrada pertenecieron a Sara Bernhardt, las arañas son venecianas y se puede ver un tapiz de Flandes. Masón de alto grado, Urquiza tenía fascinación por los símbolos: 38 estatuas se erigen en el jardín y las galerías. Hércules, el León de Nemea, la Hidra de Siete Cabezas, Juno, Diana cazadora y la inmortal Palas Atenea.

[…] El Palacio Santa Cándida pasó por varias familias patricias. Luego de Urquiza lo tuvo Mariano Unzué, Lelior Saenz Valiente, Llorente-Llorente, Di Tella, Francisco Sáenz Valiente (nieto directo de Urquiza) y Helena Zimmerman. En la actualidad, la familia Lanusse

 

 

LEANDRO VESCO,

escritor, periodista de cultura y turismo y profesor de la Diplomatura en Cultura Argentina

 

 

 

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