Reseña: “Modernismo y satanismo en la política actual”


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* De José Enrique Miguens

Madrid, Siruela, 2015.

Según Miguens, una dimensión mágico-sacral ha pervivido  históricamente, primero  en el imperio romano de Oriente,  para arribar a  la cultura occidental en el renacimiento y desarrollarse posteriormente en una floración de movimientos culturales a lo largo de la modernidad, que llega hasta nuestros días. Su estudio crítico es precisamente el contenido del libro.

El autor, uno de los padres fundadores de las ciencias sociales en la Argentina,  no se propuso una contemplación abstracta sino que pretende contribuir, a través de la reflexión científica, a una mejor comprensión de los problemas más importantes de la vida social. Se advierte aquí con claridad una personalidad que encuentra su identidad más profunda en el reconocimiento del otro, en un ethos ajeno a toda indiferencia pero también a todo intento de posesión que expresa una conciencia inspirada en el servicio, esto es, en el anclaje formulado a partir de una matriz profundamente cristiana.

Por su factura intelectual, Modernismo y satanismo en la política actual puede ser leído en una visión global del escenario cultural de la posmodernidad, pero también con una concreta mirada argentina, y en ambos casos el resultado aparece igualmente fructuoso.

En el tratamiento una vez más precursor de la materia, Miguens ha centrado su pensamiento en algunas verdades esenciales que se han visto opacadas por los vientos de la modernidad. El resultado es un pensamiento  que conjuga racionalidad y libertad. Por ejemplo: el orden político no es el orden escatológico, ese loco intento de todos los tiempos de hacer entrar por la fuerza el universo de los hombres en la armonía preestablecida del mundo. El ámbito de la política no es el de la ciudad celeste. El Estado no puede imponer una religión, pero tampoco puede imponer una religión secular ni un pensamiento único. El orden político no es el único horizonte de sentido, nos viene a decir Miguens, porque si toda trascendencia es excluida del escenario social, sólo queda el poder del hombre sobre el hombre. RB