¿QUÉ LIBROS LEÍA EL LIBERTADOR JOSÉ DE SAN MARTÍN?
Sobre un reciente libro de Pedro Luis Barcia,
director y profesor de la Diplomatura en Cultura Argentina
En un artículo en La Nación del 17 de agosto de 2020, día en que se conmemoró el 170 aniversario del fallecimiento del General San Martín, el periodista Daniel Gigena habla sobre la biblioteca del Libertador, y hace referencia a un reciente libro de Pedro Luis Barcia.
La Nación – “La ignorancia es el más sólido apoyo del despotismo”, dijo José de San Martín (1778-1850), uno de los máximos libertadores de América, al momento de crear la Biblioteca Nacional del Perú, a la que donó sus propios volúmenes. Desde la infancia, San Martín leía libros. Allí donde lo llevaran las campañas militares que protagonizó, iban con él sus libros. A la hora del exilio, legó cientos de ejemplares que lo habían acompañado desde la juventud. Homero, Cicerón, Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo, Voltaire,
[…] La biblioteca de San Martín, en más de dieciséis cajones, cruzó primero el Atlántico y luego viajó de Buenos Aires a Mendoza, cruzó con los revolucionarios los Andes y arribó por el Pacífico a Perú, donde fue donada a Lima para crear la librería (como se llamaba en el siglo XIX a las bibliotecas) de esa ciudad.
“San Martín dispuso de dos librerías: la primera, formada básicamente en Europa y portada consigo por suelo argentino, chileno y peruano, con un significativo caudal de 267 obras en 763 volúmenes; y una segunda, parva, que reunió en el ostracismo europeo 25 obras que cursaba en su exilio francés”, se lee en San Martín y su donación de libros a la Biblioteca de Mendoza (Mendoza Cultura), investigación de Pedro Luis Barcia y María Adela Di Bucchianico que aporta un minucioso catálogo de la biblioteca del héroe. Entre otros ejemplares, San Martín atesoraba decenas de diccionarios y de libros de historia, la Ilíada en tres tomos, las obras completas de Calderón de la Barca, Emilio o la educación, de J. J. Rousseau, libros de viajeros como Charles Sonnini y Edward Clarke, y Jerusalén liberada, de Torcuato Tasso (en francés). De las 127 obras en 430 volúmenes que donó a la Lima liberada, sólo sobrevivieron siete; el resto fue devorado por las llamas del incendio de la Biblioteca Nacional del Perú en 1943.
Respecto a la Biblioteca Mendocina, una de las primeras del país, Barcia y Di Bucchianico no hallaron ningún listado de libros donados; esa inexistencia de obras de la librería sanmartiniana se puede explicar o bien por desaparición, saqueo y hurto, o bien porque los vecinos bienintencionados las llevaron a sus casas para salvaguardarlas de los desmanes que sufría la institución…