“POSPANDEMIA. EL PAPEL DE LA CIUDADANÍA”, por María Sáenz Quesada


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La Nación – Es difícil pensar la vida posterior a la pandemia cuando, mientras escribo, acaban de prolongarse las medidas extremas de aislamiento social y destacados científicos dan su opinión de que lo peor no pasó. Es decir que, con o sin vacuna, no habrá certezas, porque las pandemias forman parte del futuro de la humanidad. Esa parece ser, precisamente, la primera certeza: la de la incertidumbre. Y no es una buena noticia. Acostumbrarnos a vivir de este modo constituye un ejercicio de humildad, virtud que hará falta para reconstruir el mundo pospandemia y que será necesario recrear, porque no abunda ni en la ciencia ni en la política ni en los intelectuales de nuestro tiempo

En la Argentina, la quietud obligada de los últimos cien días puso a prueba la vida pública y la vida privada, de manera igualitaria e impiadosa. Cada familia, cada pareja, cada grupo de vecinos de un edificio de departamentos, barrio, country o villa de emergencia conocieron mejor que antes el valor de cada uno en la emergencia, y registraron las dificultades que se pudieron salvar y las que quedaron en el camino. […]

Se sabe mejor que antes hasta qué punto hay diferencias entre países ricos y pobres, y cómo en cada sociedad hubo franjas de población desprotegidas, desinformadas, confundidas, y otras mejor armadas para sobrevivir a la pandemia. Según informan los expertos, la salud mental ha sido gravemente afectada por la combinación de incertidumbre y encierro y la obligación de volvernos sobre nosotros mismos, hábito saludable ajeno al ritmo frenético del mundo contemporáneo. En cuanto a los ingresos, quedó claro que no es lo mismo gozar de un ingreso fijo asegurado que depender de la iniciativa propia en el día a día. El lugar de los viejos en las sociedades modernas mostró su rostro más descarnado: indefensión, abandono, postergación, compasión acaso…

MARÍA SÁENZ QUESADA,

historiadora y profesora de nuestra Diplomatura en Cultura Argentina

 

 

IMAGEN: Fuente Río Negro.