PEDRO LUIS BARCIA: “EN NUESTRAS CLASES ESTIMULAMOS EL ORGULLO POR LOS BIENES CULTURALES QUE TENEMOS”


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PEDRO LUIS BARCIA: “EN NUESTRAS CLASES ESTIMULAMOS EL ORGULLO POR LOS BIENES CULTURALES QUE TENEMOS” Compartí

Claudia Peiró, en Infobae (6/11/2019) – El director de la Diplomatura de Cultura Argentina del CUDES, curso que nació con el Bicentenario y hoy cumple 10 años, acaba de reeditar sus ensayos sobre Marechal y Lugones, cuya preocupación era justamente que nuestra cultura no tuviera complejos frente a la cultura universal.

 

Pedro Luis Barcia es un incansable estudioso de nuestra lengua -en sus palabras, “del habla oral y escrita de los argentinos”- y un divulgador erudito de muchos de nuestros bienes culturales; ahora acaba de reeditar sus ensayos sobre dos de los autores a los que más tiempo ha consagrado: Leopoldo Marechal. Palabra trascendente y plenitud de sentido y Lugones desconocido (7 t.).

 

En coincidencia con estas reediciones, se cumplen diez años de la Diplomatura de Cultura Argentina que dirige Barcia en el Instituto de Cultura del Centro Universitario de Estudios (CUDES), que convoca a un cuerpo de profesores destacados y plural, que incluye nombres como los de Abel Posse, Roberto Cortés Conde, Carlos Escudé, Víctor Manuel Fernández, Marcos Aguinis, Rosendo Fraga, Luis Alberto Romero o Juan Llach, por citar sólo unos pocos.

 

“Todo argentino tiene un conjunto de conocimientos generalmente amplios pero mal barajados”, explica Barcia en esta entrevista con Infobae, por eso la Diplomatura ordena ese mundo. “Le hacemos una síntesis de lo que se puede saber”. Una síntesis que atraviesa todos los aspectos de nuestra cultura: desde la historia hasta el cine, desde el folklore a la religión, pasando por la pintura, la arquitectura, la literatura, etcétera.

Crédito: Santiago Saferstein

 

[…]

— Yo diría que la Diplomatura es una experiencia absolutamente original, entre la oferta cultural disponible.

— Sí. Yo quise hacer primero un master, pero la Universidad Austral no tuvo dinero para seguir adelante con el proyecto, y se nos quedó en el camino. Entonces con Roberto Bosca, que es el dínamo de la Diplomatura, la ubicó en una sala del Cudes en Recoleta y entonces hicimos una especie de jibarización inteligente del programa del master y lo pasamos a dos años pero menos cargado. Y hemos conseguido básicamente dos cosas: en primer lugar un conjunto de profesores de alta calidad, reconocidos por el medio cultural en el que nos movemos. Y en segundo lugar la diversidad ideológica de los profesores. Esto llama la atención porque a veces nos encontramos con alumnos un poco reductivos que nos dicen “el profesor sostuvo sobre los indios tal o cual cosa que a mí me contradice”. No estamos proponiéndole una coherencia homogeneizadora del curso. En mi provincia Claudia le llamamos baile entre primos a los bailes estos homogeneizados donde no pasa nada y no hay consecuencias. (Risas) Entonces es estimulante para alguien que hace un curso que piense en contra de uno o que uno contrapiense, porque esto agiliza y abre la mentalidad. Segundo acierto importante, la selección de los temas, porque hay que sacrificar mucho.

 

— Los temas son también muy variados. Desde los monumentos, la monumentología argentina, hasta, pasando por el folclore, todo. La literatura, el cine. Y para cada tema, un profesor diferente.

— Sí. Que usted lo escucha a Abel Posse o a Marcos Aguinis, que están en veredas diferentes ¿no es cierto? A Luis Alberto Romero. Está escuchando una voz de primera. Ahora estamos con una versión digital de la Diplomatura para darle otra proyección. Pero creo firmemente en estos dos aciertos, la elección de profesores y la selección de materias. Nosotros no hablamos de los barrios, hablamos de las avenidas, de las grandes avenidas que trazan el territorio. Pero cuál es la compensación, como complementariedad hemos abierto un campus virtual donde usted puede ir a los libros de cada uno de los autores. O cantidad de PDF que hemos incorporado, videos y demás.

Crédito: Santiago Saferstein

 

— Mi experiencia -en el año que hice esta Diplomatura- fue que incluso en días en que el tema me parecía árido, por ejemplo, el de las estatuas, vi que iba a venir un señor a hablar sobre monumentos y pensé “que plomo”. Y fue una de las clases más divertidas que tuve de toda la Diplomatura, porque este hombre, Oscar de Masi, es un showman. Esa mezcla de erudición con elocuencia, con un lenguaje muy refinado y a la vez claro.. resultó una clase súper interesante para mí.

— Bertold Brecht decía que todo docente tendría que hacer un curso de teatro y dramatización. La clase es 30 por ciento de contenidos y el resto de teatro. Y de Masi es excelente para esto porque tiene la capacidad de sacar aceite de las piedras y de saber saber. Poca gente sabe saber.

 

— Sí, sí. Y este jueves celebran los 10 años de Diplomatura.

— Cumplimos 10 años. En estos 10 años nosotros hemos crecido, cuando empezamos teníamos treinta alumnos y estábamos en Recoleta, ahora tenemos más de medio millar y estamos en San Isidro, en Recoleta, en Belgrano y en Pilar. Esto es muy importante porque indudablemente hemos encontrado lo que ahora llaman nicho, que para mí es mala palabra porque parece que muere todo allí. Más bien hemos encontrado cunas donde la gente se satisface con lo que encuentra. Todo argentino tiene un conjunto de conocimientos generalmente amplios pero mal barajados. Entonces ¿qué le ofrece la Diplomatura? En primer lugar le ordenamos este mundo y le ponemos la casa en orden, para utilizar una frase política. Le organizamos todo esto. Además le hacemos síntesis de lo que se puede saber. Tercero, empalmes, es decir, puentes entre una realidad y otra. Todo esto hace que se vayan con un panorama claro de lo que es la cultura argentina y, como dijimos al principio, orgullosos.

Crédito: Santiago Saferstein