MANUEL BELGRANO: UN PRÓCER ATORMENTADO POR LOS COSTOS DE LA GUERRA QUE CREÓ LA BANDERA CON UN ACTO DE INSUBORDINACIÓN


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MANUEL BELGRANO: UN PRÓCER ATORMENTADO POR LOS COSTOS DE LA GUERRA QUE CREÓ LA BANDERA CON UN ACTO DE INSUBORDINACIÓN Compartí

Entrevistas a Gabriel Di Meglio y Daniel Balmaceda,
historiadores y profesores de la Diplomatura en Cultura Argentina

 

Martín Piqué, en Télam – Manuel Belgrano murió el 20 de junio de 1820 y su biografía como funcionario del virreinato, abogado volcado a la acción política, revolucionario y jefe militar patriota tuvo muchas facetas, todas atravesadas por la intensidad y la entrega, pero ocho años antes de su fallecimiento, en las barrancas de Rosario, protagonizó el hecho por el que se lo recordaría en los manuales escolares: creó una bandera con paños azul celeste y blanco plata para identificar a la tropa propia y diferenciarse del enemigo.

En ese acto cometió una insubordinación, porque el hombre fuerte del Triunvirato que gobernaba Buenos Aires en febrero de 1812, Bernardino Rivadavia, no quería una enseña que pudiera interpretarse como un gesto independentista, pero Belgrano dijo que se enteró tarde de la instrucción y a la hora de elegir los colores no miró al cielo ni se inspiró en los mantos de la Inmaculada Concepción de la Virgen.

Lo que sí hizo, más allá de las casualidades, fue mantener las tonalidades de las cintas de una distinción nobiliaria de la corona española, la Orden de Carlos III, creada en 1771: las cintas combinaban franjas azul celeste con otra blanco plata. Los mismos colores que se habían usado para la escarapela.

Cinco hombres y mujeres que estudiaron en profundidad esa etapa de la historia argentina dialogaron con Télam sobre estas y otras curiosidades, al cumplirse este domingo 201 años del fallecimiento de Belgrano, y además pusieron el foco sobre los rasgos menos conocidos y hasta incómodos de la vida del creador de la bandera.

Incluso lo definieron como un prócer “atormentado” que encarnó lo que en aquella época alguien llamó “la carrera de la revolución”, que renunció a tener “una vida resuelta” por ser hijo de un millonario, para entregarse sin demasiada red a una causa: construir una nación.

Gabriel Di Meglio, Julia Rosemberg, Hernán Brienza, Araceli Bellota y Daniel Balmaceda, quienes abordaron la historia de Belgrano en distintos trabajos y libros, analizaron también las motivaciones que llevaron al abogado y economista a estrenar una bandera propia, celeste y blanca, frente a las tropas a su mando, el 27 de febrero de 1812.

Di Meglio, historiador, investigador del Conicet y director del Museo Histórico Nacional, remarcó que no fue casualidad que los colores elegidos coincidieran con la banda albiceleste que exhibía la familia real española -los Borbones- en los retratos del pintor Francisco de Goya, ya que “la hipótesis más aceptada de hoy en día es que tomó la franja celeste y blanca de la Orden de Carlos III”, subrayó.

Balmaceda, autor del libro Belgrano, el gran patriota argentino (editorial Sudamericana), recordó que el creador de la bandera escribió en una carta a Rivadavia que había adoptado “esos colores que usaban otros regimientos”, por el azul celeste y el blanco plata que exhibían los Húsares de Pueyrredón y el Regimiento de Patricios, lo que demuestra que “lo único que él hizo fue crear una bandera con colores que ya eran empleados” en las Provincias Unidas e incluso antes de 1810.

[…] Sobre el conflicto en torno a la conveniencia o no de instaurar una bandera, Di Meglio señaló que aquel debate volvió a desnudar “las dos posiciones que había entre los revolucionarios”, con un sector que proponía ganar autonomía pero sin “romper con el rey ni crear un país nuevo”, mientras que los independentistas, entre los que se encontraba Belgrano, empujaban los acontecimientos para acelerar la ruptura con la monarquía española.

[…] Esas tensiones se profundizaron debido a que el creador de la bandera cometió “un montón de errores”, como afirmó Di Meglio, aunque en otros ámbitos, agregó, “las cosas le salieron muy bien”, y eso fue el resultado de “haber estado en todas, haber hecho de todo” con un sacrificio y una disposición propios de “un personaje representativo de la intensidad revolucionaria de la época”, planteó el historiador.

“Belgrano estaba en la acción: tenía un montón de enemigos, tenía gente que lo quería, y a pesar de tener la vida resuelta, dejó eso de lado y se volvió un político, diríamos hoy, y como político también tuvo que asumir la función militar, y dedicó toda su vida a esa causa revolucionaria en la que creyó, sobre todo en los últimos diez años hasta su muerte (entre 1810 y 1820), que fueron súper intensos”, analizó Di Meglio.

Su trayectoria, que comenzó como un funcionario del virreinato, siguió como organizador de la Revolución de Mayo y luego como jefe militar de campañas que buscaban frenar la reacción realista, hizo que en los años siguientes a su muerte -1821,1822- se organizaran homenajes en su nombre en los que, resaltó Balmaceda, “se escucharon grandes discursos evocando su figura pero a nadie se le ocurrió mencionar que era el creador de la bandera”.

“Por entonces ese aspecto no lo tomaron como importante”, comentó Balmaceda…

 

 

 

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