“La Torre Ader, la construcción que intriga a Vicente López”, por PABLO MASCAREÑO


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“La Torre Ader, la construcción que intriga a Vicente López”, por PABLO MASCAREÑO Compartí

Construida por el empresario Bernardo Ader en 1912, es eje de leyendas que van de los nazis a una imitación de la Torre de los Ingleses. Dónde está y cómo visitarla.

La Nación – Sobresale en el barrio de chalecitos y fábricas. Las construcciones de poca altura que la rodean potencian su impactante porte. Todos la llaman Torre Ader, pero fue bautizada como Torre de la Independencia. Ubicada en el corazón de Villa Adelina, es una de las joyas del Partido de Vicente López (Buenos Aires).

[…] “No se sabe muy bien por qué se construyó, aunque circulan algunas ideas. Lo cierto es que fue proyectada por don Bernardo Ader, quien era el propietario de estas tierras, junto a su hijo”, explica la antropóloga Alicia Irene Rebollar, quien, desde hace décadas, investiga la historia de este emblemático monumento, una de las curiosidades que depara el inabarcable conurbano bonaerense.

[…] “Bernardo Ader fue un inmigrante francés que llegó en 1860 a la Argentina, proveniente de la zona de los Pirineos […]”, sostiene Alicia Rebollar.

[…] “Se calcula que se comenzó a construir en 1912 y 1913, pero se inauguró recién en 1917. No hay nada demasiado documentado, pero una obra de esta envergadura tomaba su tiempo. El expediente de construcción se presentó ante la municipalidad en 1916. Esta era una zona de quinteros y floricultores, así que la construcción de la torre rodeada de campos llamó mucho la atención”, explica la investigadora. Desde 1909, la desolada inmensidad ya estaba conectada con Buenos Aires por el actual Ferrocarril Belgrano.

De las 300 hectáreas, don Bernardo Ader se reserva diez hectáreas para el uso familiar. En esa porción del terreno se construyó la vivienda particular, aunque había otras ideas en danza. La antropóloga Rebellar explica que “la idea era construir un castillo, para uso residencial, con una torre adosada”. “Sin embargo, la casa no se llega a hacer porque Eduardo y Enrique, los dos hijos varones de Ader, fallecieron en 1908, con una diferencia de 24 días, como consecuencia de haber contraído tuberculosis”. Ader iba a concretar la construcción de la torre ayudado por uno de sus hijos fallecidos, un avanzado estudiante de ingeniería. El empresario y su esposa conocían el dolor innombrable que significa la muerte de un hijo, ya que, tiempo atrás, Juanita, la pequeña hija de ambos, también había fallecido producto de la difteria. Ana, una cuarta hija del matrimonio, sobrevivió y permitió la continuidad del apellido. En 1911, luego de un prolongado tiempo de luto y depresión, Bernardo Ader retoma la idea de la torre. Finalmente, el proyecto es encargado a la empresa Artaza y Marino

 

Entre coquetas casas de familia y fábricas, la edificación emerge imponente y llamativa.

Crédito: Ignacio Sánchez – La Nación.

 

PABLO MASCAREÑO,

periodista de cultura, teatro y espectáculos y profesor de la Diplomatura en Cultura Argentina

 

 

 

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