“HISTORIA DE LA AVENIDA DE MAYO”, POR RODRIGO SALINAS


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Por Lic. Rodrigo Salinas

Alumno de la Diplomatura en Cultura Argentina e historiador de la UBA

Investigador de la Ciudad de Buenos Aires, la Avenida de Mayo y los festejos del Centenario

 

LA AVENIDA DE MAYO

HISTORIA Y ARQUITECTURA DEL PRIMER BOULEVARD MODERNO

DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES (1884-1894)

La Avenida de Mayo fue en sus orígenes un boulevard afrancesado

y adornado con lámparas eléctricas colocadas en el medio de la calle

 

El proyecto de construcción de la Avenida de Mayo comenzó a concretarse en las tres décadas que precedieron a los festejos por la conmemoración del Centenario de la Revolución de Mayo, cuando el ex Ministro de Guerra y Marina del gobierno de Nicolás Avellaneda, el general Julio Argentino Roca, accedió a la primera magistratura del Estado el 12 de octubre de 1880.

Tres años más tarde, en 1883, el presidente designó por unanimidad como primer Intendente porteño a un miembro conspicuo de la alta sociedad porteña, el autonomista Torcuato Antonio de Alvear y Sáenz de la Quintanilla. Durante su gobernación, que se extendió hasta mayo de 1887, Alvear fue el encargado de llevar a cabo las principales transformaciones de la imagen física del centro de la Ciudad de Buenos Aires y la puesta en marcha de la legislación que desembocaría en la apertura del primer boulevard moderno y reglamentado de la Ciudad de Buenos Aires, la cual fue finalmente aprobada por el Senado de la Nación el 31 de octubre de 1884 a través de la sanción de la Ley Nº 1583 que autorizaba la apertura de “una avenida de 30 metros de ancho, por lo menos, declarando al efecto de utilidad pública esa zona, debiendo correr aquella entre las calles Rivadavia y Victoria, desde la Plaza de Mayo hasta terminar en la calle de Entre Ríos (…)”. Siguiendo los lineamientos de dicha ley, el gobierno de Alvear se propuso como objetivo central “haussmanizar la ciudad” mediante la aplicación de un plan sumamente modernizador del espacio urbano ( tanto público como privado) lo que implicaba, en primera instancia, demoler las edificaciones que databan del período colonial, símbolos de la presencia hispánica de antaño en el Río de la Plata, para luego construir en aquellos mismos sitios suntuosos palacios que emularan los modelos edilicios de la arquitectura europea de la segunda mitad del siglo XIX y que, posteriormente, habría de adoptar para nuestra ciudad capital la élite política e intelectual dirigente reunida entorno a los hombres de la “Generación del ´80”. Para concretar dicho objetivo, el Estado Municipal contrató, entre otros, al arquitecto italiano Juan Antonio Buschiazzo (1845-1917) para que coordinara la apertura de la nueva arteria, abriendo muchas manzanas en forma de canal, en un entorno urbano compuesto en su mayoría de casas relativamente bajas cuyos propietarios pertenecían a las familias mas distinguidas de la ciudad.

El crecimiento edilicio y las transformaciones urbanas finiseculares en el ámbito de la Capital Federal se fueron incrementado en los primeros tramos del naciente siglo y la vocación palaciega de la clase dirigente había llevado a manipular la tradicional cuadrícula de la ciudad heredada de los primeros tiempos coloniales para dar paso a la modernidad, a través de la construcción de suntuosos edificios que imitaran los diversos estilos arquitectónicos aplicados en las principales capitales de Europa occidental -sobre todo en la ciudad de París con el proyecto modernizador del Barón de Haussmann- en la segunda mitad del sigo XIX.

En líneas generales, podría decirse que el eclecticismo fue el estilo mas difundido entre las nuevas edificaciones que comenzaban a construirse en el “corazón” de la ciudad moderna, incluyendo desde el corte academicista- especialmente el denominado “neoborbónico francés”- aunque éste también podía presentarse individualmente o entremezclado  con algunos toques decorativos del Renacimiento italiano. Por su parte, durante las primeras décadas del siglo XX surgieron nuevos estilos arquitectónicos que se diferenciaron y separaron de los conceptos tradicionales de la academia parisina, como el llamado Género Garnier”-en alusión al autor francés del edificio de la Opera de París- y la incorporación del “Art Nouveau”, que instauró una línea mucho mas subliminal a las edificaciones…

 

Fotografía de la Avenida de Mayo en todo su esplendor a principios del siglo XX, con sus palacios, sus farolas  eléctricas y sus aceras flaqueadas por hermosos plátanos.  De fondo puede observarse  la majestuosa cúpula del edificio del Congreso de la Nación. Archivo fotográfico AGN.

 

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