“Ciencia, religión y secularización. Una presentación asistemática y personal”, por MIGUEL DE ASÚA


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Resumen
Esta es una actualización impresionista y orientada por la experiencia y los intereses de investigación del autor sobre las relaciones entre ciencia y religión, en conexión con la teoría de la secularización, con aportes de la historia de la ciencia, la sociología de la religión y la sociología de la ciencia.


 ¿SON CIENCIA Y RELIGIÓN ENEMIGAS NATURALES?

LOS COMIENZOS DE LOS ESTUDIOS SOBRE CIENCIA Y RELIGIÓN

Es uno de los casos más exitosos del proceso por el cual una creencia no respaldada por la evidencia (más todavía, que va contra la evidencia histórica) se ha naturalizado y conquistado el estatus de “sentido común”. Se trata de la creencia en que la ciencia y la religión han vivido en sempiterno conflicto; para decirlo en un lenguaje antropomórfico y más fiel al imaginario que subyace a dicha creencia, son “enemigas”. Así planteadas las cosas, nos asomamos a una de esas cuestiones que por sus límites borrosos y las respuestas emocionales que evocan parecen prestarse más al tratamiento ensayístico o a los azares de la opinión intelectual que al tratamiento académico riguroso. Es por eso quizás curioso que, desde la década de 1970, estos asuntos hayan sido centro de atención de una disciplina más bien obscura como es la historia de la ciencia. El tema de las relaciones entre ciencia y religión, sin embargo, había sido abordado desde la perspectiva antropológica en el famoso artículo de Bronislaw Malinowski, que apareció por primera vez en 1925 en una colección de ensayos editada por Needham (Malinowski, 1925). Contra lo que pudiera suponerse, no se trata de Rodney Needham, el antropólogo de Oxford, sino de Joseph Nedham, el famoso bioquímico e historiador de la ciencia china de Cambridge. Dicho volumen también incluía una contribución del historiador de la ciencia y de la medicina británico Charles Singer, en el estilo anacrónico de esa época y con un enfoque muy próximo a la “tesis del conflicto” (ver la sección siguiente), respecto de la cual el editor, Joseph Needham, tomaba distancia en la introducción al volumen. Para entonces, el tema de las relaciones entre magia, ciencia y religión era un capítulo venerable de la antropología (sólo basta pensar en Edward Burnett Tylor o, sobre todo, en James George Frazer, representantes de la tradición “evolucionista” del origen de la religión, contra quienes Malinowski escribía; para una actualización sobre ciencia, magia y religión, ver Stark, 2001). El libro editado por Needham es interesante porque expresa la coexistencia del enfoque antropológico, que consideraba la ciencia y la religión en sociedades arcaicas con el enfoque de historia de la ciencia, que interpretaba las relaciones entre ciencia y religión en la historia de Occidente a partir de la época clásica (en el caso de Singer, el análisis histórico estaba sesgado por posturas ideológicas, en el sentido amplio en el que acá tomamos este adjetivo). Dicha coexistencia raramente volvería a darse hasta la segunda década del siglo XXI, cuando la sociología comenzó a delimitar un área de estudios sobre ciencia y religión, que aprovecha el camino recorrido por la historia de la ciencia y la disciplina que desde 1970 se constituyó en Inglaterra como Religious studies (Elsdon-Baker & Mason-Wilkes, 2019). En esta presentación voy a concentrarme en la historia de la ciencia e incorporar trabajos de sociología de la religión, sociología de la ciencia y estudios sobre la religión. Mientras se respeten las peculiaridades de los respectivos enfoques metodológicos, este enfoque poliédrico puede generar nuevas y fructíferas intuiciones y perspectivas

 

MIGUEL DE ASÚA,

médico, teólogo, filósofo, historiador y profesor de la Diplomatura en Cultura Argentina

 

 

 


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