CARLOS HOEVEL: “El aire familiar que abrigaba la vida académica está herido de muerte”


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CARLOS HOEVEL: “El aire familiar que abrigaba la vida académica está herido de muerte” Compartí

Entrevista a Carlos Hoevel,
filósofo y profesor de la Diplomatura en Cultura Argentina

 

El doctor en filosofía y profesor universitario reflexionó sobre La industria académica: la universidad bajo el imperio de la tecnocracia global, editado por Teseo.

Susana Mitchell, en Infobae – “La tendencia a someter a la Academia a una dirección centralizada, con estratos gerenciales y administrativos cada vez más poblados, lleva a que decanos y directores de departamento sean vistos como ejecutivos de rango medio en lugar de representantes del claustro”, asegura Enrique Aguilar, doctor en Ciencia Política y profesor, mientras presenta la versión en inglés de La industria académica: la universidad bajo el imperio de la tecnocracia global (Teseo, 2021), de Carlos Hoevel.

Este libro es el resultado de una investigación sobre la reforma radical que están viviendo las universidades en el mundo. Según el autor, los reformistas buscan convertir a la universidad en una industria académica. Esto significa pasar de una universidad centrada en la formación de personas y el avance del conocimiento a otra entendida como proveedora de capital humano e insumos científicos para la economía. Y ese sería solo el comienzo de lo que hoy enfrenta la academia a nivel global. Como si se tratara de “una embarcación que se puede maniobrar para captar hasta la más pasajera de las brisas”, con el solo objetivo de facturar. Pero no es así la cosa. ¿O no debiera? Veamos.

Es martes y son las 18 horas. Estamos en un aula de una universidad privada. El recinto está repleto de gente y los 3 presentadores invitados y el autor comparten las impresiones que se desprenden de la lectura. Y, en general, coinciden. “Qué lindo sería volver a la universidad para cultivar el espíritu, tal como proponía el modelo humboldtiano, aquel que pensaba al ser humano no como un mero consumidor sino como un ser integral”. La propuesta de Hoevel va por ahí. Se dirime entre la crítica al modelo contemporáneo y la nostalgia de un formato que ya fue.

Hoy las regulaciones internas y externas de las altas casas de estudios, sean estas públicas o privadas, están atravesadas por dinámicas de mercado que obligan a una inevitable adaptación para sobrevivir. Aunque en el camino se vayan perdiendo cuestiones esenciales. Y según parece, la adaptación estaría sucediendo a cualquier precio. Y por supuesto, con consecuencias brutales que están a la vista: precarización del trabajo docente, baja matriculación, alta tasa de deserción y sigue.

El análisis abarca varias cuestiones. Por nombrar algunas, cuestiona los modelos de evaluación externa a través de agencias de acreditación o de evaluación donde si o si la universidad tendría que forzar su quehacer para encajar en los criterios del mercado que propone básicamente la ley vigente a través de sus políticas específicas. “La lógica mercantil invadió a los actores. El aire familiar que abrigaba la vida académica está herido de muerte”, dice. Y tiene razón. Pero, paradójicamente, los pares que integran los equipos de evaluación de las agencias son académicos también. Lo cual complejiza mucho más el escenario

 

 

 


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