“DE LOS JUEGOS ABANDONADOS A LOS PASTIZALES: LA CARA OCULTA DEL INTERAMA, EL FARAÓNICO PARQUE DE TRISTE FINAL”, POR PABLO MASCAREÑO
Convertido en el Parque de la Ciudad, está habilitado al público como un espacio verde desde el que se pueden observar los restos de las atracciones mecánicas que funcionaron allí entre 1982 y el 2003.
La Nación – A poco de ingresar al Parque de la Ciudad, en el barrio porteño de Villa Soldati, aparece la postal de la devastación. Sin el flagelo de una contaminación atómica como la acontecida en Chernobyl, las imágenes pueden asemejarse a las de aquel centro de diversiones de la ciudad de Prípiat, ubicada al norte de Ucrania, cercana a la fallida central nuclear que sufriera el trágico accidente el 26 de abril de 1986.
En la ciudad de Buenos Aires, a tan solo 30 minutos del Obelisco, los restos de los juegos del faraónico Interama se yerguen como un símbolo acabado de la inoperancia. Monumentales esqueletos de hierro oxidados, trencitos abandonados y las estructuras de las montañas rusas corroídas y con los carritos amontonados. Las torres de un cablecarril apostadas en guardia sin sentido, restaurantes que solo son una carcasa edilicia carentes de alma, boleterías sin uso y hasta un juego completo sin desmantelar que nunca arrancará, completan un panorama desolador que entristece. La famosa Torre Espacial, ese mirador que se observa desde gran parte de la ciudad y sus alrededores, es un vigía imponente que se destaca en el medio del vacío. El silencio domina la escena solo interrumpido por el canto de las numerosas especies de aves que migraron al lugar.
[…] En el siglo XXl, el ex Interama se llama Parque de la Ciudad y está abierto al público los sábados y domingos, pero ya no ofrece juegos abiertos, sino la posibilidad de recorrer algunos senderos rodeados de vegetación y espejos de agua bonitos, y con el marco de los esqueletos de algunos juegos abandonados contrarrestando la bucólica postal.
[…] “El parque se inauguró el 21 de septiembre de 1982, post Guerra de Malvinas y cerró en noviembre del 2003, cuando ya estaban listos varios juegos y atracciones que se habían recuperado para ser habilitados durante la temporada 2004″, explica Hernán Rodríguez, responsable del grupo Torre Espacial OK, dedicado a preservar la memoria colectiva sobre el parque, acopiar material documental y apoyar diversas iniciativas en torno a una posible recuperación.
[…] “Cacciatore decía: ´Si quiero, lo hago´. El parque fue un capricho, llegaba en helicóptero y si no le gustaba algo, lo hacía demoler. Así sucedió con las boleterías que, según su gusto, eran muy pequeñas, y mando a construir otras que eran más grandes que las de Disney. Lo mismo pasó con los restaurantes, hizo triplicar la altura de sus techos y los convirtió en edificaciones impactantes”, sostiene Rodríguez sobre las decisiones del brigadier que ocupaba el cargo de intendente de la ciudad de Buenos Aires y responsable supremo de la creación de Interama, uno de los símbolos de su gestión junto con las autopistas porteñas.
[…] Interama llegó a tener 60 juegos funcionando, pero el proyecto contemplaba un total de 100, cifra que nunca se alcanzó y, de los 12 restaurantes previstos, solo se habilitaron dos. La aspiración de máxima era recibir a 70.000 personas por día, algo que jamás sucedió…
Crédito foto: Hernán Zenteno – La Nación.
PABLO MASCAREÑO,
periodista de cultura, teatro y espectáculos y profesor de la Diplomatura en Cultura Argentina
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