“1910 – EL CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN, LA VISITA DE LA INFANTA ISABEL DE BORBÓN Y LOS FESTEJOS EN LA AVENIDA DE MAYO”, POR RODRIGO SALINAS


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“1910 – EL CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN, LA VISITA DE LA INFANTA ISABEL DE BORBÓN Y LOS FESTEJOS EN LA AVENIDA DE MAYO”, POR RODRIGO SALINAS Compartí

Por Lic. Rodrigo Salinas

Alumno de la Diplomatura en Cultura Argentina e historiador de la UBA

Investigador de la Ciudad de Buenos Aires, la Avenida de Mayo y los festejos del Centenario

 

Artículo con la síntesis de algunos de sus trabajos de investigación

sobre los festejos del Centenario en la Avenida de Mayo

 

 

1910 – EL CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN, LA VISITA DE LA INFANTA ISABEL DE BORBÓN Y LOS FESTEJOS EN LA AVENIDA DE MAYO

 

La celebración del Centenario de la Revolución de Mayo de 1810 marcó profundamente los inicios del siglo XX en la Argentina y fue, precisamente, la Avenida de Mayo el espacio utilizado por el gobierno nacional para llevar a cabo la gran fiesta patria. Por aquel entonces, Argentina se presentaba al mundo como un país optimista, donde las palabras mas reiteradas en libros, artículos periodísticos y discursos oficiales eran futuro, destino y porvenir. Incluso, cuando el Presidente José Figueroa Alcorta exageró que se trataba del hecho más grande entre los producidos en uno de los siglos más grandes de la historia, en el fondo estaba haciendo referencia a una Nación cuyo crecimiento, se suponía, era incontenible.

 

La Infanta Isabel de Borbón y el Presidente de Argentina Figueroa Alcorta, partiendo en carruaje desde la Dársena Norte de Buenos Aires. Caras y caretas (Buenos Aires). 28/5/1910, nº 608.

 

1910 fue un año trascendental, no solo por la euforia patriótica del cual estaba teñido, sino que sirvió para que en distintos ámbitos, y con el motivo aparente de la conmemoración, las más diversas actividades se vieran signadas por la ola de modernización que caracterizaba a la Ciudad de Buenos Aires. El crecimiento edilicio y las transformaciones urbanas finiseculares de la Capital Federal se habían incrementado en los primeros tramos del naciente siglo y la vocación palaciega de la clase dirigente había llevado a manipular la tradicional cuadrícula de la ciudad heredada de los primeros tiempos coloniales para darle paso a la modernidad, a través de la construcción de suntuosas edificaciones que imitaran los diversos estilos arquitectónicos aplicados en las principales capitales de Europa occidental- sobre todo en la ciudad de París con el proyecto modernizador del Barón de Haussmann- a partir de la década de 1850.

 

Flanqueada por el Presidente de la Nación, José Figueroa Alcorta y por el Ministro de Justicia Rómulo Naón, la Infanta Doña Isabel de Borbón es recibida jubilosamente en 1910, en Buenos Aires, con motivo de las conmemoraciones del Centenario de la Revolución de Mayo.

 

El rasgo fundamental de las celebraciones consistía en la impresión que los visitantes habrían de llevarse de Buenos Aires, que mas allá de ser el único centro del poder político y, a pesar del declamado federalismo de la Constitución, monopolizaba la actividad pública y privada y, por lo tanto, la imagen de la república. Para llevar a cabo dicho objetivo, los hombres de la “Generación del ´80”- nombre con el que se conoce historiográficamente a la élite política e intelectual que gobernó en nuestro país entre 1880 y 1916- decidieron construir una ciudad moderna, cosmopolita, bella, culta y pujante, lo que llevó al escritor y novelista Español Vicente Blasco Ibáñez a catalogarla como “La Paris de Sudamérica” en su viaje a la Argentina en 1909 […].

 

Leer completo el artículo de Rodrigo Salinas.