“MALVINAS: 40 AÑOS EXTRAÑANDO EL CORAJE DE ALFONSÍN”, POR MARCOS NOVARO
En 1982, fue de los pocos, con Arturo Frondizi y Álvaro Alsogaray, que se atrevió a cuestionar el consenso malvinero, objetando que la invasión se justificara por los legítimos reclamos sobre las islas. Hoy escasean voces como la suya.
TN – ¿Qué fue la guerra de Malvinas? ¿Cómo debería recordarla nuestro país: como una guerra justa mal conducida o como una guerra de agresión, un conflicto que no debimos iniciar?
Para encarar esa pregunta, hagamos el siguiente experimento.
Tomemos un argentino más o menos honesto intelectualmente, medianamente nacionalista, es decir que quiere que a su país le vaya bien, y también más o menos democrático, quiere que su país se gobierne con las reglas de esos regímenes y piensa que a la larga le va a ir bien solo si cumple esa condición, y preguntémosle en reserva, es decir asegurándole que su respuesta no se hará pública, cómo hubiera deseado que terminara la guerra; lo veremos en problemas para dar una respuesta concluyente, porque guiado por el primer criterio desearía claro la victoria, pero guiado por el segundo no puede dejar de reconocer la ventaja evidente e inmediata de la derrota.
¿No nos indica esta paradoja algo interesante sobre la naturaleza de ese conflicto y nuestro papel en él? ¿No sería conveniente que reflexionemos sobre la guerra a partir de la dificultad para responder una pregunta tan elemental? Si esa dificultad es tan evidente, ¿no es llamativo que esté ausente en la mayoría de los rios de tinta dedicados al tema? Y tal vez lo más importante: ¿hay hoy en día alguna figura pública gravitante dispuesta a plantear esta cuestión abiertamente, debatirla y sacar las conclusiones que correspondan?
La respuesta a este último interrogante parece ser que no. Así lo indican al menos las celebraciones por los 40 años de la invasión, que han seguido un libreto acríticamente fundado en la primer perspectiva, la de la guerra justa mal conducida, y desplegado uniformemente en todos los medios y sectores políticos. Lo que lleva a preguntarse si, aunque nuestros problemas se suelen agravar por los desacuerdos que nos dividen, el resultado no sería aún peor si nos dejáramos llevar por algunos de los pocos acuerdos que nos unifican…
MARCOS NOVARO,
sociólogo, filósofo y profesor de la Diplomatura en Cultura Argentina
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