“MALVINAS: LA HISTORIA SECRETA DEL ATAQUE AL BELGRANO Y LA DRAMÁTICA BÚSQUEDA A CIEGAS DE LOS SOBREVIVIENTES EN EL ATLÁNTICO SUR”, POR MARCELO LARRAQUY
El 2 de mayo, Margaret Thatcher decidió con su gabinete de guerra el hundimiento del crucero en un almuerzo en su residencia de campo, luego de que Argentina amenazara con un ataque naval a la flota británica. Ese día cambió la guerra. En el libro La Guerra Invisible se revela la misión de los aviones exploradores que lograron detectar a los sobrevivientes, después de volar en la oscuridad, por encima de las olas, en un mar embravecido
Infobae – El 30 de abril de 1982 Estados Unidos abandonó la mediación entre Argentina y Gran Bretaña y decidió la asistencia militar a su aliado histórico. La OTAN, antes de la comunicación pública, ya había entregado misiles, combustible, municiones, material de inteligencia en la base logística británica de la isla Ascensión, en medio del océano Atlántico. Ese día, se inició el bloqueo aéreo y naval británico, la zona de exclusión total sobre las islas. Todas las naves que circularan sin autorización sería consideradas hostiles y susceptibles de ser atacadas. Ese día, también, las emisiones electrónicas de los barcos británicos fueron detectadas por los radaristas con el equipo móvil de contramedidas en Puerto Argentino. Al día siguiente se bombardeó Puerto Argentino.
En su libro La Guerra Invisible, Marcelo Larraquy revela el seguimiento sobre el crucero General Belgrano antes del impacto, y cómo se logró detectar la posición de las balsas de los sobrevivientes, tras casi un día de búsqueda.
Un extracto del libro se publica a continuación.
(…) Con la caída de las primeras bombas del 1º de mayo, el presidente peruano Fernando Belaúnde Terry presentó de urgencia una propuesta de paz que contemplaba el retiro de tropas de ambos países, una administración cuatripartita de las islas y el compromiso de resolver el conflicto en el término de un año. Mientras se efectuaba un desesperado intento de pacificación, una flota de submarinos nucleares británicos detectó y comenzó a monitorear las posiciones del portaviones 25 de Mayo y del crucero ARA General Belgrano.
La Armada había desplegado su flota para impedir un desembarco británico, que —suponía— podría producirse sobre la costa este de la isla Soledad. La flota se dividió en dos grupos. El mayor incluía el 25 de Mayo y otras seis embarcaciones, que permanecieron en el límite de la zona de exclusión. El segundo grupo, conformado por el General Belgrano y dos destructores, se desplazó 260 millas al sur, en previsión de la llegada de la flota enemiga…
A las 16.01 el submarino británico HMS Conqueror disparó el primero de los dos misiles MK8
que dieron en la popa y proa del barco.
La increíble imagen fue tomada por el teniente de fragata Martín Sgut desde una de las balsas
MARCELO LARRAQUY,
historiador y profesor de la Diplomatura en Cultura Argentina
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