* De Claudio Chaves

Buenos Aires, Dunken, 2015.

Esta es la primera biografía de uno de los grandes representantes de la poética argentina. Un hombre sensible, docente, creativo y patriota, define el autor a su biografiado. Más allá del pormenorizado relato de una larga y fructuosa vida, Chaves desgrana en la parte final de su epílogo a la obra, una madura sentencia conclusiva. En ella formula una reflexión y un llamado patriótico: con la implosión del sovietismo y el triunfo de la economía de mercado, constata el autor, las democracias asumen un papel protagónico en la configuración de  nuestras modernas sociedades. Democracia, república, instituciones, libertad, competencia, ascenso social, justicia, educación, derechos humanos, parecerían constituirse en paradigmas de estas nuevas realidades, podría decirse, con la clásica expresión utilizada por Peter Drucker en una obra memorable. Este es el pequeño gran desafío de nuestra generación, si queremos madurar como pueblo.

Curiosamente, encerrados en la dialéctica del conflicto, buena parte de nuestros cientistas sociales no han dado todavía muestras de advertirlo. Podríamos recordar como en un espejo, y no sin cierto sarcasmo, los conocidos versos del poeta en “La vuelta al hogar”: “Todo está, nada ha cambiado/El horizonte es el mismo/ Lo que dicen esas brisas/ Ya  otras veces me lo han dicho”. Andrade finaliza su trova en lo que parece ser un cuadro del crecimiento sin  madurez que nos caracteriza: “Sólo el niño se ha vuelto hombre./Y el hombre tanto ha sufrido/Que apenas trae en el alma/La soledad del vacío”.