SEBASTIANO DE FILIPPI, NOMBRADO POR FRANCIA CABALLERO EN LA ORDEN DE LAS ARTES Y LAS LETRAS


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SEBASTIANO DE FILIPPI, NOMBRADO POR FRANCIA CABALLERO EN LA ORDEN DE LAS ARTES Y LAS LETRAS Compartí

Desde el ICC – Instituto de Cultura felicitamos al maestro Sebastiano De Filippi, director de orquesta y profesor de nuestra Diplomatura en Cultura Argentina, quien, en diciembre de 2023, se convirtió en Caballero en la Orden de las Artes y las Letras, nombrado por el Ministerio de Cultura de Francia.

En la nota de Los Andes, de Mendoza, que compartimos abajo, quien trabajó en 40 orquestas del mundo afirma que “La sorpresa fue indudablemente grande y todavía lo es. Por un lado, al tiempo en que uno puede sentirse no muy valorado en nuestro país, aparecen galardones como este, lo cual indicaría que hay gente del otro lado del océano que nos observa. Y, por otro lado, recibir la misma distinción que antaño recibieran Borges, Ginastera o Argerich me resulta, por supuesto, una desmesura”.

Los Andes – Desde Brasilia hasta San José de Costa Rica, desde Zagreb hasta Budapest, desde El Cairo hasta Seúl, la carrera internacional del argentino Sebastiano De Filippi como director se ha desarrollado en cuarenta orquestas, distribuidas en veinte países, y a lo largo de cuatro continentes. Pero también es conocido por el público mendocino, pues actuó dos veces como solista con la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de Cuyo y otras tantas como director al frente de la Orquesta Filarmónica de la Provincia.

Este martes 5 de diciembre fue reconocido públicamente como Caballero de las Artes y las Letras de la República Francesa por el Embajador de Francia en la Argentina.

– En el contexto de la profunda crisis que atraviesa la Argentina, en la que la cultura no se salva en absoluto a la vez que, en otras partes del mundo, se vuelve a destacar su trabajo como antes ocurrió con el nombramiento a Oficial en la Orden al Mérito de la República Italiana,¿cómo recibió la noticia de un nuevo reconocimiento internacional?

– Es verdad que nuestra crisis es multifacética, tanto económica como culturalmente estamos atravesando tiempos complejos. La sorpresa fue indudablemente grande y todavía lo es. Por un lado, al tiempo en que uno puede sentirse no muy valorado en nuestro país, aparecen galardones como éste o el que menciona, lo cual indicaría que hay gente del otro lado del océano que nos observa. Y, por otro lado, recibir la misma distinción que antaño recibieran Borges, Ginastera o Argerich me resulta, por supuesto, una desmesura.

– Usted es un hombre joven que, además de dirigir mucho en el extranjero, ha dirigido las principales orquestas de la Argentina; esto lo coloca entre nuestros intérpretes musicales más importantes. Sin embargo, no es exagerado decir que la mayoría de sus compatriotas no lo conocen. ¿A qué cree que se debe esto?

– Antes que nada, me permito corregir su afirmación: no he dirigido todavía la Orquesta Estable del Teatro Argentino de La Plata, cosa que haría gustoso, ya que me considero un amigo de ese coliseo y de esa ciudad. Y aunque es cierto que actúo más en el extranjero que en mi propio país, déjeme decirle respecto a su pregunta dos cosas. La primera: los trabajadores de la cultura en la Argentina no somos populares porque la cultura en sí no es popular en nuestro país. La segunda: dedicarse a un oficio tan público como éste y poder caminar por la calle sin que nadie me reconozca es, en verdad, una bendición que se agradece.

[…] – Mencionamos muy acotadamente algunos de los galardones que reconocen su aporte a la cultura a nivel mundial y local, pero, ¿qué ha proporcionado el arte musical a su existencia?

– Mucho, muchísimo. La realidad es que ejercer un oficio como el de la dirección musical permite vivir cotidianamente en compañía de algunas de las mentes más brillantes de la humanidad; desde Bach y Mozart, hasta Tchaikovsky y Debussy, pasando por Verdi y Puccini. Aunque en mi caso no hablaría solo de arte musical, sino de artes en plural y de cultura en general. Tengo la suerte de tener muchos intereses por fuera de mi trabajo como intérprete y el privilegio de poder cultivar varios de ellos en paralelo […].

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