LOS ALUMNOS DE LA DIPLOMATURA EN CULTURA ARGENTINA VISITARON EL PALACIO PAZ


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El pasado sábado 18 de mayo, los alumnos que cursan actualmente la Diplomatura en Cultura Argentina en sus cuatro sedes se reunieron para realizar la visita guiada al Palacio Paz, realizada en el marco de las visitas a sitios de interés cultural organizadas como parte del programa de la Diplomatura.

El Palacio Paz, cuya entrada principal se encuentra ubicada en la Avenida Santa Fe al 750, frente a la Plaza San Martín, fue la residencia más grande y una de las más lujosas de la ciudad de Buenos Aires. Propiedad de José C. Paz, es fiel reflejo de la arquitectura de la Escuela de Bellas Artes de París de principios del siglo XX.

La fachada del edificio, que mira hacia la Plaza San Martín, está inspirada en el Palacio de Chantilly y en uno de los frentes del Palacio del Louvre. Desde 1938 es sede del Círculo Militar.

Una mansión de dimensiones inusitadas

Por Pauline Walker, directora de la sede Pilar de la Diplomatura en Cultura Argentina

El Palacio Paz, una de las residencias más grandes y más lujosas de la ciudad de Buenos Aires, tardó 12 años en construirse y fue el fiel reflejo del estilo de la arquitectura francesa de principios del siglo XX.

José C Paz fundador del diario La Prensa y embajador argentino en Paris desde 1885 a 1893, fue un importante miembro de la aristocracia porteña y un gran referente de la Generación del Ochenta, que condujo el país a fines del siglo XIX.

Fascinado por la cultura francesa de aquellos tiempos encargó el diseño de una mansión de dimensiones inusitadas para la geografía porteña al arquitecto francés Louis- Marie Henri Sortais, el proyecto estuvo inspirado en los chateaus franceses, del estilo del palacio Chantilly. La construcción estuvo a cargo del prestigioso arquitecto e ingeniero argentino Carlos Agote.

Con más de 12000 m2, 140 habitaciones, 5 comedores, 10 ascensores, 30 baños, un jardín de invierno, un gran jardín, caballerizas y cocheras, dichos de la época cuentan que él ansiaba convertirla en residencia presidencial

Tardó doce años en construirse, de 1902 a 1914.  José C Paz murió en 1912 sin verla terminada.

Recién dos años después se mudaron a la mansión recién inaugurada su viuda, Zelmira Díaz Gallardo y sus hijos Ezequiel Pedro Paz Díaz y Zelmira Rosa Paz Díaz que ocuparon el ala Maipú.

Pasaron los años y Ezequiel, quien había sucedido a su padre en la dirección del diario La Prensa vivió en el ala izquierda; Zelmira Paz Díaz —casada con Alberto Gainza Lynch y padres de cuatro hijos: Alberto Gainza Paz, María Josefina Gainza Paz, Angélica Zelmira Gainza Paz y Guillermo Gainza Paz— lo hicieron en el ala derecha. Zelmira fue la viuda de Alberto Gaiza Lynch en 1915 y en 1933 contrajo su segundo matrimonio con el estanciero Aarón de Anchorena.

A raíz de la gran crisis de los años 30, la familia decide vender la propiedad en 1938 al Círculo Militar.

Volver a caminar la historia

El sábado 18 de mayo pasado, cuatro grupos de la Diplomatura visitaron el mítico Palacio Paz. En el hall de entrada nos esperaba la Sra, Alicia Merlicco Pallares, guía del Palacio, para empezar el recorrido.

Escaleras, de mármol, alfombras de terciopelo, revestimientos de madera, estatuas de grandes dimensiones, las miradas de todos estaban inquietas e interesadas.

Después de una breve introducción, Alicia nos invitó a cerrar los ojos e imaginar una fiesta de la alta sociedad porteña de principios de siglo XX.

Lo que primero vimos fue el gran salón de baile, un pequeño salón que parecía replica de los de Versalles, lleno de espejos, detalles dorados, con la insignia de la flor de Lis y el símbolo del rey Sol en la parte superior de las columnas.

A continuación, el salón de las mujeres y la sala de música, con una acústica muy particular, en dónde algunos alumnos se animaron a improvisar estrofas de su canción preferida.

Todos los salones dentro del mismo estilo francés del período del rey Sol. Ambientes luminosos y lujosos: grandes arañas de caireles, vitrales y patinas doradas en las paredes, pisos de madera con impecable diseño, entre otras cosas, que se destacan como testigos de una época.

¨En los salones se bailaba el vals, la polca y la mazurca, sigue la guía y fue también el primer lugar en donde la alta sociedad porteña bailo el tango¨.

En contraposición a los salones de estilo más recargado casi barroco, en el recorrido pudimos observar que los corredores eran oscuros y más austeros, emparentados con el estilo gótico.

El juego de claro-oscuro fue una constante de la decoración y quizás una forma de dar más importancia a unos ambientes que a otros.

Del oscuro corredor, pasamos a uno de los comedores diarios, de estilo renacentista. En el que se podían apreciar los detalles de yeso patinado en cielo raso, una gran mesa central de nogal de más de tres metros, pero que por protocolo solo se podían sentar 10 comensales. Una gran araña de bronce con unas esfinges medias extrañas y la novedad que trae el periodo renacentista, nos señala Alicia, las esculturas comienzan a tener expresión en sus ojos.

Durante el recorrido también pudimos observar puertas de fantasía que hacían de marco del resto del decorado y puertas de cedro abovedadas, que aún hoy al abrirlas, no crujen.

Muchas veces lo mejor viene al final, y si bien la guía lo advirtió, algunos se quedaron sin batería para sacar fotos en el gran salón circular. Mármoles y más mármoles, en un salón de 21 metros de altura en el que corona una cúpula llena de vitrales que provocó más de un gesto de admiración en los que íbamos entrando.

Recuadros

  • Detalles de la residencia

La mansión cuenta con 12000 metros2 de superficie, tiene 140 ambientes, 5 comedores, 10 ascensores, 30 baños, jardín de invierno y un amplio jardín. Toda la casa contaba con calefacción central. Por el momento solo se pueden visitar los salones de la planta baja, pero tienen pensado habilitar algunos dormitorios y el jardín de invierno.

Reseña:  Wikipedia y apuntes del recorrido por Pauline Walker