El Dr. Pedro Luis Barcia inauguró la décima edición de la Diplomatura en Cultura Argentina, sede Recoleta.


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El Dr. Pedro Luis Barcia inauguró la décima edición de la Diplomatura en Cultura Argentina, sede Recoleta. Compartí

El pasado martes 9 de abril, tuvo lugar el evento inaugural de la décima edición de la Diplomatura en Cultura Argentina, programa ofrecido por el Instituto de Cultura del CUDES, en su sede de Recoleta.

Sergio Delgado, Director Ejecutivo del instituto, abrió el evento asegurando al público que la Argentina real es mucho mejor de lo que conocemos. “En la Diplomatura en Cultura Argentina, nos encontramos con una riqueza cultural y humana increíble”. Describió a este programa como una oportunidad única para conocer a la Argentina tal cual es y de esa manera poder asumirla y quererla cada día más, como precondición para generar ese proyecto sugestivo de vida en común que tanto necesitamos.

Luego, Roberto Bosca, Director Académico del instituto, sostuvo que la diplomatura es un viaje por nosotros mismos, una excursión por el territorio Argentino -que aunque quizá ya conocemos- este recorrido será con una mirada nueva, más profunda y precisa hacia  nuestra geografía cultural. “En nuestra herencia encontraremos nuestra razón de ser”, aseguró.

Finalmente, tomó la palabra Pedro Luis Barcia, Director de la Diplomatura, quien en su magistral exposición explicó el poder humanizante de la literatura clásica. Según Kant, el Humanismo es el proceso de humanización de hombre. Desde los griegos hasta la actualidad, existe aquel ideal de formar la persona íntegra, total y armónica. En el Humanismo existe algo de continuo y de clásico. La continuidad de lo humano es eso que es esencial, que permanece a través del tiempo. Por otro lado, el legado de lo clásico es atemporal, porque está más allá de los límites de hoy o de ayer. Tiene vigencia a través del tiempo. Es universal y paradigmático.

Según Barcia, la literatura clásica es la base del humanismo. Lo ha sido, y lo sigue siendo. La literatura clásica es palingenésica porque regenera. Hay muchos edipos y muchas antígonas. Es dialogante, porque permite dialogar a través del tiempo y del espacio. Es re ligante, porque asocia diferentes niveles de la realidad. Es sensata, porque está cargada de sentido. Es cuestionante, porque cuando uno lee se encuentra con otras realidades. Es catártica, porque saca del alma las malas tendencias. Es flexibilizadora, porque el lector acompaña al personaje, siente, padece y se divierte con él. Y así se va haciendo tolerante. La literatura humaniza. Permite salir al mundo, conocer otras culturas, salir de uno mismo y mirarse desde afuera. La literatura desarrolla la empatía.

Barcia finalizó su magnífica exposición con una anécdota personal según la cual, luego de mucho tiempo, se reencontró con un ex alumno de un curso de televisión en La Plata en el que enseñaba literatura. El ex alumno había ido a su casa a arreglar su televisión, y finalizado el trabajo no le quiso cobrar. Le explicó que gracias a él y a sus clases de literatura, había podido salvar su matrimonio. En el medio de su crisis matrimonial había recordado esa clase de Pedro Luis Barcia cuando le explicó que el Mio Cid decía que el héroe no se hunde en el llanto; que el héroe sabe levantar la cabeza sobre las circunstancias y mirar más allá. Gracias al poder clásico, continuo y humanizante de la literatura, aquél hombre logró salvar su matrimonio. Este es un ejemplo de cómo el Mio Cid dialogó y le enseñó a un técnico de televisión del siglo XXI.